ECOSISTEMAS
TERRESTRES
Dentro
de los ecosistemas terrestres podemos distinguir los bosques, las praderas, los
desiertos o los ecosistemas polares.
Los bosques. En ellos abundan
los árboles. Existen bosques diferentes en función del clima. El bosque boreal
es propio de regiones frías. Ahí viven pinos, abetos y otras coníferas; y
también lobos, osos o alces. Los bosques templados crecen en regiones con clima
templado. En ellos hay hayas, encinas, arbustos…; y también osos, ardillas o
ciervos. Y los bosques tropicales aparecen en zonas próximas a los trópicos,
donde las precipitaciones son abundantes. En estos bosques existe una mayor
diversidad de seres vivos: plantas trepadoras, plantas carnívoras, insectos,
ranas, tapires, monos, pumas, serpientes… En los trópicos la diversidad de vida
es mayor que en otras regiones del planeta. En el Ecuador, por ejemplo, ¡viven
150 especies diferentes de colibríes!
Las praderas. En ellas crecen
hierbas o pastos. Por eso abundan los animales capaces de alimentarse de estas
hierbas, como el bisonte, las jirafas o insectos como las termitas. Y también
algunos carnívoros que cazan estos animales, como el guepardo, las hienas, los
leones… La tundra es una pradera fría, la estepa es una pradera templada, y la
sabana es una pradera tropical.
Los desiertos. En estas regiones
llueve muy poco. Existe poca vegetación y pocos animales son capaces de
sobrevivir. Los seres vivos que viven en los desiertos, como el cactus, el
camello o algunas serpientes, se han acostumbrado a vivir con muy poca agua.
Las montañas. En estos
ecosistemas, la temperatura desciende a medida que ascendemos por la montaña.
Por tanto, encontraremos distintos animales y plantas a distintas alturas. En
las montañas templadas encontramos ciervos, halcones, carneros o pumas. En las
montañas tropicales hay gorilas, colobos, ranas, vicuñas o colibríes.
Ecosistema urbano. Para los animales,
las ciudades ofrecen muchos sitios donde cobijarse, obtener comida o cuidar a
las crías; por ejemplo los árboles y jardines, salientes de edificios, techos,
sótanos… Algunos animales, sin embargo, no se acostumbran a vivir en las
ciudades y se desplazan cuando un pueblo crece. Pero otros son ya prácticamente
animales urbanos. Por ejemplo las ratas pardas, los gorriones o las palomas
bravías. También abundan en las ciudades los insectos, como algunas mariposas,
las cucarachas, las arañas de patas largas o las moscas domésticas.
Los ecosistemas
polares.
Las temperaturas son bajas durante todo el año. En muchas zonas, debido al
frío, la vegetación es casi inexistente. Algunos animales típicos son el zorro
ártico, el oso polar y el reno en el Ártico; y los pingüinos, las focas o la
ballena azul en los ecosistemas antárticos.
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